Reikiavik no es capital típica, no tiene magníficos edificios, o un centro histórico o grandes monumentos, esta ciudad es mucho más que eso. La capital de Islandia es diferente, llena de vida y muy cerca de la naturaleza. Su ubicación, en el borde del Océano Atlántico, entre dos fiordos y rodeadas por un marco volcánico lunar, hace que la ciudad, cuyo nombre significa literalmente Bahía de Humos, sea incomparablemente especial. El capital más septentrional del mundo, es el lugar perfecto para los amantes del aire libre y la vida silvestre. Rodeado de mar, la observación de ballenas es una de las actividades turísticas más populares. La ciudad tiene un montón de espacios abiertos: parques, zonas peatonales, un lago situado al lado del ayuntamiento y Nauthólsvík, una playa geotérmica a sólo 15 minutos de distancia del centro de la ciudad. Repartidas por toda la ciudad, hay 7 piscinas geotérmicas municipales donde los lugareños van a socializar y a relajarse después del trabajo. Otras actividades como el ciclismo, el senderismo, la equitación, la vela y la pesca se pueden disfrutar en la capital.
Aparte de todas sus maravillas naturales, Reikiavik siempre tiene algo que ofrecer, no pierdas la oportunidad de sumergirte en la magia de esta ciudad fascinante. Es una ciudad cosmopolita y dinámica llena de museos, galerías de arte y cafeterías acogedoras. Su vida nocturna es emocionante y extravagante, durante una noche de fiesta, parece que los lugareños están recuperando el tiempo perdido ya que la cerveza estuvo prohibida en Islandia hasta 1989, y las discotecas suelen permanecer abiertas hasta las primeras horas de la mañana. Durante el día, la capital es un lugar mucho más relajado, con sus casitas de colores, calles limpias y un ritmo relajado de la vida. Reikiavik es considerada una de las ciudades más limpias, más verdes y más seguras del mundo. Perderse en esta ciudad es casi imposible: la iglesia Hallgrímskirkja y la colina Öskjuhlíð son visibles desde la mayoría de los lugares del centro de la ciudad y son puntos de referencia esenciales para la orientación. Reikiavik es dinámica, creativa, moderna, acogedora y muy especial. Su peculiar personalidad y sus alrededores magnéticos harán que esté de acuerdo que no hay mejor ciudad en el mundo.
1. Descubre la belleza del Centro Histórico: Recorre sus calles adoquinadas y admira la arquitectura colorida de los edificios históricos, como la Catedral de Reykjavik y el Parlamento de Islandia. Sumérgete en la rica historia de la ciudad mientras te maravillas con sus encantadores museos y galerías de arte.
2. Relájate en las aguas termales: No puedes visitar Reykjavik sin disfrutar de un relajante baño en las famosas aguas termales islandesas. Elige entre las opciones de clase mundial, como el mundialmente famoso Blue Lagoon o los baños geotérmicos de Laugardalslaug, y déjate mimar por la cálida y rejuvenecedora experiencia.
3. Sumérgete en la animada vida nocturna: Reykjavik es conocida por su vibrante escena nocturna, llena de bares, clubes y cafés con música en vivo que atraen a locales y turistas por igual. No te pierdas la oportunidad de disfrutar de una noche inolvidable en los famosos bares de Austurstræti o descubrir talentos emergentes en los clubes de música indie.
4. Saborea la deliciosa gastronomía local: Deleita tu paladar con la exquisita cocina islandesa. Prueba el tradicional pescado fresco, como el bacalao o el salmón, o atrévete a probar platos más aventureros, como el tiburón fermentado o el cordero ahumado. Para los amantes de dulce no puedes dejar de probar los famosos helados islandeses.
Explora la naturaleza salvaje: Aventúrate fuera de la ciudad y descubre los impresionantes paisajes naturales que rodean Reykjavik. Embárcate en un tour por la famosa Ruta del Círculo Dorado para presenciar de cerca la majestuosidad de la cascada Gullfoss y los géiseres en erupción. También puedes realizar excursiones para observar ballenas o caminatas por los glaciares para una dosis de adrenalina.
Una pequeña cascada en el parque nacional Þingvellir, en Islandia. Se encuentra en el curso del río Öxará, que en este punto fluye por un campo de lava.
Snaefellsnes cuenta con un gran volcán taponado por su propio glaciar, cascadas entre columnas de basalto, playas en las que se zambullen las focas…
En Islandia, la temporada oficial de auroras boreales dura de octubre a marzo, pero ha habido años en que se han empezado a ver en agosto y otros en que han durado hasta abril.
Viajar siempre nos aporta mundología, nos ayuda a salir de nuestra zona de confort y a ampliar nuestros horizontes.
Cada nuevo destino, por cercano que sea, nos brinda nuevas experiencias y momentos que atesorar.
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